Del aeropuerto al hospital
Y después. la recuperación de Alejandra
Cuando Alejandra estaba en un aeropuerto esperando su vuelo, jamás imaginó que ese día marcaría un antes y un después en su vida por sufrir una grave crisis de salud, resultado de su dependencia al alcohol y que la llevó directamente al hospital. "Estaba sola y asustada. Fue como si de repente, todo se derrumbara", compartió Alejandra en su emotiva participación en el podcast "La alegría de vivir en sobriedad", conducido por el Psic. Enrique Corral.
Alejandra siempre había sabido, en el fondo, que tenía un problema con el alcohol, pero fue solo después de esa experiencia en el aeropuerto cuando se permitió admitirlo abiertamente. "Reconocí que era alcohólica. No fue fácil decirlo en voz alta, pero sabía que tenía que hacerlo si quería vivir", confesó.
Este reconocimiento marcó el inicio de su camino hacia la sobriedad, un proceso que comenzó con un llamado desesperado a su padre, pidiendo ayuda, lo que fue un punto de inflexión en la vida de Alejandra. "Entendí que no podía seguir luchando sola. Necesitaba a mi papá, necesitaba apoyo", recuerda con emoción.
Esta decisión la llevó a mudarse a Mexicali para vivir con él, lo que le brindó el entorno seguro y el apoyo emocional necesario para comenzar a enfrentar su adicción de manera directa.
En Mexicali, al estar en busca de apoyo adicional, encontró a una psicóloga y un director espiritual que la acompañaron en su proceso de sanación. "Ellos me ayudaron a entender que la recuperación no era solo dejar de beber. Era también sanar las heridas que el alcohol había dejado en mí", comentó.
Un momento clave en su proceso fue su llegada a Casa Zoe, un lugar que se convertiría en su refugio y en la base de su nueva vida en sobriedad. "En Casa Zoe, por primera vez en mucho tiempo, empecé a sentir felicidad verdadera. No por lo que tenía, sino por cómo me sentía conmigo misma", relata. Alejandra experimentó una conexión genuina con otros residentes, quienes, al igual que ella, estaban en el camino de la recuperación.
A medida que avanzaba en su proceso, Alejandra reflexionó sobre el verdadero significado de la felicidad y dijo darse cuenta de que la felicidad no venía de cosas materiales, sino de estar en paz con ella misma y vivir en sobriedad.
Sin embargo, no todo fue fácil al emprender la recuperación, pues experimentó alucinaciones, un síntoma de la retirada del alcohol, pero a pesar de estos desafíos, sintió una gran confianza en el proceso y en el apoyo que recibía. "Aunque estaba asustada, había algo en Casa Zoe, una sensación de seguridad, que me decía que todo iba a estar bien", recordó.
Reflexionó sobre el hecho de compartir su experiencia con personas que entendían por lo que estaba pasando pues fue increíblemente sanador.
Finalmente, Alejandra reafirmó que su compromiso con la sobriedad es lo más importante en su vida. pues ha aprendido que se trata de su prioridad número uno y comentó que hará lo que sea necesario para mantenerla. Su historia es un testimonio de que, con el apoyo adecuado y una voluntad inquebrantable, la recuperación es posible.
A través de su testimonio, Alejandra espera inspirar a otros que enfrentan desafíos similares a buscar la ayuda que necesitan. La comunidad terapéutica Misión Zoe, que le proporcionó el espacio y el apoyo para sanar, es un ejemplo de cómo el tratamiento especializado puede transformar vidas.