Buscar la solución es tomar control del problema
La historia de Elmer, adicto en recuperación
Cuando Elmer se encontró en el punto más bajo de su vida, rodeado por una tristeza abrumadora y atrapado en un ciclo incesante de consumo de metanfetaminas, supo que había tocado fondo. "Era como estar en un agujero negro del que no podía salir", compartió Elmer en una conmovedora entrevista en el podcast "La alegría de vivir en sobriedad", conducido por el Psic. Enrique Corral. Este fue el momento en que se dio cuenta de que necesitaba ayuda, un reconocimiento que marcaría el inicio de su camino hacia la recuperación.
Elmer recuerda con claridad lo que describe como "la semana más triste" de su vida, un período en el que se sintió completamente perdido. "Pasé días enteros llorando y consumiendo, sin poder ver una salida", confesó.
La oscuridad lo rodeaba, y cada intento de escapar parecía empujarlo más hacia el abismo. Este episodio fue el punto de inflexión que lo llevó a comprender la magnitud de su problema y la necesidad urgente de un cambio.
En medio de su desesperación, Elmer decidió pedir ayuda, recurriendo a Dios en busca de fuerza y dirección. "Sabía que no podía salir de esto solo.
Necesitaba algo más grande que yo", relató. Este acto de fe le dio el valor necesario para dar el siguiente paso crucial en su proceso de recuperación: la decisión de internarse en un centro de rehabilitación.
Elmer describe la reacción de su madre al enterarse de su decisión de internarse como un momento lleno de amor y esperanza. "Ver la alegría en los ojos de mi madre me hizo darme cuenta de que había tomado la decisión correcta", dijo con una mezcla de gratitud y determinación.
Con esta decisión tomada comenzó a investigar diferentes centros de rehabilitación, lo que le proporcionó un sentido renovado de control y dirección. "Sentí que estaba recuperando las riendas de mi vida", comentó, pues la búsqueda de opciones adecuadas no solo le dio claridad sobre su proceso de recuperación, sino que también le permitió prepararse mental y emocionalmente para lo que vendría.
A lo largo de este proceso, Elmer reflexionó profundamente sobre su consumo crónico de metanfetaminas y cómo había afectado su vida y sus relaciones. "Mirando hacia atrás, puedo ver cómo la adicción destruyó tantas cosas buenas en mi vida", admitió. Sin embargo, este reconocimiento no fue solo una fuente de dolor, sino también un catalizador para el cambio.
Con el tiempo, Elmer dijo haber comenzado a experimentar un cambio de perspectiva, pues empezó a ver la posibilidad real de una vida libre de adicciones, algo que antes le parecía inalcanzable. "La esperanza empezó a crecer en mí, y por primera vez en mucho tiempo, creí que un cambio era posible", expresó con su renovada confianza.
A medida que avanzaba en su recuperación, Elmer sintió una profunda "deuda de generosidad" hacia aquellos que lo habían apoyado en su proceso. "Me di cuenta de que tantas personas me habían ayudado sin esperar nada a cambio, y eso me inspiró a querer hacer lo mismo por otros", comentó.
Finalmente, al concluir su entrevista, Elmer compartió su historia como un testimonio de esperanza. "Quiero que la gente sepa que la recuperación es posible, sin importar lo oscuro que parezca el camino", afirmó con convicción.
La historia de Elmer es un poderoso recordatorio de que, con la ayuda especializada y un compromiso genuino con la sobriedad, la recuperación es alcanzable. A través de su testimonio en "La alegría de vivir en sobriedad", espera inspirar a otros que enfrentan desafíos similares a buscar la ayuda que necesitan y a creer en la posibilidad de un nuevo comienzo.