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Roles disfuncionales en la familia de un adicto.



La adicción no solo afecta al individuo que la padece, sino que también tiene un impacto profundo en la dinámica familiar y por esto, en muchas ocasiones, los miembros de la familia asumen roles disfuncionales que perpetúan el ciclo de la adicción y dificultan la recuperación.

Comprender estos roles es esencial para fomentar un ambiente más saludable y propiciar la sanación tanto del adicto como de la familia en su conjunto.

Por ejemplo, el adicto puede convertirse en el "causante del caos", mientras que otros miembros pueden asumir roles como el "rescatador" o el "héroe" y estos roles no solo generan tensión y frustración, sino que también crean un ambiente caótico que dificulta la comunicación y la confianza entre los miembros de la familia.

Los familiares suelen experimentar una variedad de emociones, como ira, culpa y frustración. Estas emociones pueden llevar a comportamientos agresivos y a una comunicación poco efectiva, lo que agrava aún más la situación.

Es común que los familiares sientan que deben controlar la situación, lo que puede resultar en una sensación de impotencia y vergüenza ante la incapacidad de ayudar al adicto.

Es crucial que los familiares reconozcan la capacidad del adicto para tomar decisiones, pues tratar al adicto como incapaz de manejar su vida puede reforzar su dependencia y perpetuar el ciclo de la adicción. En lugar de asumir un rol de control, los familiares deben fomentar la autonomía del adicto, permitiéndole enfrentar las consecuencias de sus acciones y aprender de ellas.

La comunicación asertiva es fundamental en la dinámica familiar. Establecer límites saludables y expresar sentimientos de manera clara y respetuosa puede ayudar a mejorar la relación entre el adicto y sus familiares. A menudo, se piensa que hay comunicación porque se habla mucho, pero la verdadera comunicación implica confianza y entendimiento.

La recuperación no es solo responsabilidad del adicto; toda la familia debe participar en el proceso de sanación, lo que implica que cada miembro debe reflexionar sobre su propio rol y cómo puede contribuir a un ambiente más funcional. Al asumir roles más saludables, los familiares pueden ayudar a romper el ciclo de la adicción y fomentar un entorno de apoyo y comprensión .

Finalmente, es importante que los familiares cambien su perspectiva sobre la adicción, pues al ver al adicto no solo como un "problema", sino como una persona que necesita apoyo y comprensión, se pueden generar cambios positivos en la dinámica familiar. Este cambio de enfoque puede ser el primer paso hacia la recuperación y la sanación para todos los involucrados.

Al reconocer y abordar estos roles, fomentar la comunicación asertiva y promover la autonomía, las familias pueden crear un ambiente más saludable que beneficie a todos sus miembros.

La recuperación es un proceso que involucra a toda la familia, y cada paso hacia un rol más funcional es un paso hacia la sanación.

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